Aunque el coco protagoniza nuestra expresión idiomática de hoy y se ha puesto de moda últimamente por sus propiedades antioxidantes y su capacidad para regular la presión arterial, no será del fruto que probaron los marinos de la expedición de Vasco de Gama allá por 1497 de lo que hablemos cuando digamos que
nos estamos comiendo el coco.
Comerse el coco
es una expresión bastante moderna que se usa sobre todo en el lenguaje juvenil o en situaciones informales. Cuando decimos que nos estamos comiendo el coco
lo que queremos decir es que estamos pensando de forma obsesiva y constante sobre algo.
No te comas el coco,
seguro que te ha salido bien la entrevista. Ya te llamarán.
Aquí coco es una metáfora para referirse a la cabeza. También en el lenguaje coloquial que se usa en España podemos escuchar “comerse el tarro” o rayarse con el mismo sentido.
Siempre me como el tarro después de hacer un examen.
No te rayes, has hecho todo lo que has podido.
Estas expresiones como hemos dicho siempre las utilizaremos en registros coloquiales, si queremos alguna expresión equivalente que podamos utilizar en registros formales podemos optar por “darle vueltas a la cabeza”
No he podido dormir. No dejo de darle vueltas a la cabeza a lo que pasó ayer.
La expresión comerse el coco
también podría utilizarse en su forma no pronominal y en ese caso sería comerle el coco a alguien
y significaría influir en el comportamiento de una persona.
Era una niña muy buena, pero su novio le ha comido el coco
y ahora hace lo que le da la gana.
Por último, quisiera recordaros que a los niños en España y en Portugal se les asusta con el El Coco. El Coco es un personaje del folclore medieval que se representaba como un fantasma con una calabaza vacía con tres agujeros por cabeza, y parece que los marinos portugueses al ver el tropical fruto peludo y con tres agujeros revivieron sus miedos infantiles. Sorprende que una de las canciones de cuna más conocidas en España amenace a los niños con ser comidos por el coco si no se duermen: “Duérmete niño, duérmete ya, que viene el Coco y te comerá…”