Al ser un alimento básico y uno de nuestros principales sustentos en épocas de escasez, son muchas las expresiones que encontramos en español que hacen referencia al pan. Algunas como “ser más bueno que el pan”
se remontan hasta los orígenes de la cristiandad y junto con ella a la aparición de las primeras herejías. La confusión que en los inicios generaba la transubstanciación del cuerpo de Cristo hizo que surgiera la herejía de los panistas que alegaban que el único dios era el pan y que Jesucristo no era más que la esencia de este alimento encarnada en un hombre. Su lema “Nullum bonius pane”
significa precisamente “nada más bueno que el pan”. Similar a esta expresión encontramos la de ser un pedazo de pan
que utilizamos cuando queremos decir que alguien es muy buena persona (Antonio siempre ha sido un pedazo de pan, siempre está ayudando a los demás).
Sin ser tan antigua, la expresión ser un pan sin sal
que empleamos cuando queremos decir que alguien es aburrido, soso o que no tiene gracia cuando habla. (mi primo Antonio es un pan sin sal,
aburre hasta a los muertos), también cuenta con un origen remoto. Parece que esta expresión proviene de un pan típico de la Toscana italiana, en cuya elaboración no se incluye la sal, que el papa Clemente VII ofreció a las tropas de Carlos I tras el saqueo de Roma. La actitud sumisa del pontífice hizo el resto y la delegación española pasó a llamarlo “el pansinsal” y con lo que a los españoles nos gusta un buen apodo...
Su condición de alimento básico se pone de manifiesto en expresiones como “ser el pan nuestro de cada día”
que utilizamos para referirnos a cosas cotidianas que hacemos con frecuencia o diariamente. No obstante, no siempre necesitamos incluir el pan en nuestra dieta y quizás por eso surge la expresión “a falta de pan, buenas son tortas”
que hace referencia a la necesidad de conformarse con lo que uno tiene en caso de no haber conseguido algo mejor. (quería un Iphone para mi cumpleaños, pero me han regalado un Sony, en fin, a falta de pan, buenas son tortas).
Al ser un alimento básico, muchas veces ha sido nuestro principal sustento y debido a esto utilizamos hasta hoy la expresión “ganarse el pan”
cuando queremos decir que nos ganamos el sustento gracias a nuestro propio esfuerzo, gracias a nuestro trabajo. Si este trabajo es arduo o laborioso podremos decir que es más largo que un día sin pan, expresión que también podría aplicarse a personas para indicar que son muy altas (el chico nuevo es más largo que un día sin pan, mide más de 2 metros). Si el trabajo, o cualquier tarea que tengamos que realizar, por el contrario, es muy fácil, sencillo o no requiere mucho esfuerzo diremos que es pan comido
(después de trabajar 15 años como fontanero, arreglar un grifo es pan comido). Hoy abundan los trabajos temporales y la precariedad laboral se ha vuelto norma, por lo que podríamos decir que estos trabajos representan pan para hoy y hambre para mañana
pues no garantizan nuestro futuro sustento. En estos casos, siempre es bueno tener alguien con quien compartir las dificultades y por eso las parejas que no solo comparten los momentos de felicidad sino también los de penurias dicen aquello de contigo pan y cebolla
(la cebolla tradicionalmente ha simbolizado la pobreza). Para evitar estas posibles penurias, hay veces que, a pesar de las críticas, optamos por tomar trabajos moralmente cuestionables porque el salario merece la pena, en cuyo caso podemos decir aquello de “dame pan y dime tonto”. En este sentido los italianos tienen una expresión similar y quizás más esclarecedora: “dame pan y échame fuera”.
Esperamos que este artículo no os haya parecido más largo que un día sin pan y que estas expresiones ahora os parezcan pan comido. Si todavía no conseguís entender alguna o queréis algún ejemplo adicional, no dudéis en dejar un comentario.