Fariña, que en gallego significa harina y coloquialmente es una forma de referirse a la cocaína, está basada en hechos reales y cuenta como en los años 80 Galicia estuvo a punto de convertirse en una nueva Sicilia.
La reconversión de la pesca había dejado maltrecha la economía de muchas familias en Galicia y precipitó la llegada del narcotráfico a sus costas. Los hasta entonces contrabandistas de tabaco se asociaron con los cárteles colombianos de la droga y llegaron a mover el 80% de la cocaína que entraba en Europa.
Fariña
gira en torno a la figura de Sito Miñanco, uno de los cinco personajes reales de la serie, y narra como pasó de ser un simple pescador a contrabandista de tabaco y posteriormente uno de los principales nombres del narcotráfico gallego. Sito es el protagonista porque tal y como comenta Gema Neira, una de las guionistas de la serie, es el antihéroe perfecto, carismático y muy querido en su pueblo, a pesar de saberse que andaba metido en temas de drogas, pues trataba muy bien a todo el mundo.
Fariña
es una serie que te engancha desde el primer episodio. Los 70 minutos de cada capítulo se hacen cortos gracias a un guion bien hilado, un ritmo trepidante y unos personajes muy bien interpretados. La elección de los actores, todos gallegos, es uno de los grandes aciertos de esta ficción pues hace que el castrapo
que hablan los personajes– variedad del castellano llena de expresiones gallegas- suene veraz.